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Writer's pictureMauricio Chaparro

Emprendimiento en la Familia Empresaria.Propuesta de abordaje

El emprendimiento está ligado a la génesis de la empresa familiar, y la iniciativa empresarial es su médula, tanto, que es un elemento central de los antecedentes para su creación y lo que la va a transcender una vez deje de existir. 


En el ámbito de las empresas familiares, nos cuesta hablar de finales, pero tal como los seres vivos, los ciclos históricos y otros procesos biológicos o físicos, indefectiblemente lo tendrán. O quizás se trate más de una transformación, una evolución que marca un antes y un después, luego de que el proceso evolutivo ocurrido nos hace llamarla de otra manera. Es más sencillo verlo, cuando en retrospectiva, buscamos ejemplos de empresas que ya no existen como se conocieron en un momento, o que en efecto, se han transformado para dar paso a una nueva etapa. Podríamos citar a General Electric, AT&T o Tata Group para hablar de algunos de los más obvios o conocidos. Sin embargo, si miramos con más detenimiento, observaremos muchos más casos que no se limitan a las grandes corporaciones sino que pueden llegar hasta el muy coloquial “cambio de ramo” que puede verse en la tienda de la esquina. Esto es cada vez más común, tanto así, que en Family Business, una reciente serie original de Netflix, es justamente lo que el sucesor hace con la carnicería que era propiedad de sus padres al convertirla en una empresa comercializadora de Canabis Medicinal. Precisamente, transformar un negocio de una industria tradicional en declive en uno de una que recién comienza su auge. 


Quizás, más de un empresario, patriarca o miembro de familia empresaria, podría pensar que esto es algo que sólo ocurre en las grandes corporaciones, en los negocios muy pequeños o en la televisión. Más probablemente, sabe en su fuero interno que no es así, pero las demandas del día a día y las presiones de mantener un negocio en marcha y una familia en desarrollo en los tiempos actuales, terminan acaparando su atención. Esto también ocurre porque se sabe exitoso y quiere seguirlo siendo, después de todo, la familia siempre lo ha sido…. bueno, acá toca hacer memoria para recordar todos los fracasos que tuvo él, su generación y las anteriores que les permitieron llegar hasta donde están hoy. Y ¿qué de diferente tiene eso con lo que van a vivir, o ya están viviendo los miembros de la generación siguiente? ¿Es que acaso ellos no se van a equivocar también? Bueno, quizá sí lo hagan, pero que lo hagan con su propio dinero y su empresa, podría pensar el patriarca.  

Este podría ser el inicio del fin, o de la transformación. Podríamos pensar en dos posibles enfoques, el de la simplificación, en el cual el emprendedor toma su propio camino y ve cómo resuelve; o el de la complejidad, donde el sistema empresarial familiar le abre las puertas al emprendimiento, lo abraza y lo convierte orgánicamente en parte de su propio proceso de autodestrucción, de destrucción creativa como llamaba Shumpeter, o justamente, de transformación, de evolución. ¿Acaso el portafolio de inversiones que su banquero le administra no tiene una cartera diversificada con empresas bien establecidas y un grupo, de menor proporción, de start-ups? ¿Qué de distinto tiene esa estrategia de diversificación y gestión de portafolio con la que podría aplicar a la empresa de la familia? ¿No es acaso uno de sus activos de mayor valor y al cual debería proteger de la volatilidad del mercado?


Pensemos por un momento, en que quizás Carlos Jr, (podría tener cualquier otro nombre, sustitúyalo usted por el que corresponde a su familia) tiene una idea (aunque ya ha tenido muchas que no llegaron a nada) que podría ser la próxima estrella o vaca lechera del portafolio de negocios de la familia. Sólo que su padre (o cualquier otro miembro de la generación que le precede), como no entiende mucho de estos nuevos negocios de la era digital, le parece (sin haber prestado mucha atención o tratado de analizarlo, como sí lo ha hecho con tantas otras oportunidades en su vida) que no tiene sentido que emplee los recursos de la familia (capital económico y social, know how, red de contactos, infraestructura, olfato de negocios, historial de aprendizajes, etc.) en esa app, producto vegano, de la shared economy, o cualquier otro negocio en tendencia actual y con potencial futuro, pues es un gran riesgo y el muchacho va a salir con las “tablas por la cabeza”. Sólo que Carlos Sr. no es target de la iniciativa de su hijo (u otro miembro de la siguiente generación), no tiene el estilo de vida de los consumidores objetivos y hace tiempo que no se actualiza porque está muy ocupado con los grandes retos que le presenta su negocio actual. En pocas palabras, ya tiene suficientes problemas y no quiere uno más, ni quiere tener que darle dinero a su hijo si su idea de negocios falla.


Seguramente, algunos rasgos de esta historia ficticia, nos pueden parecer conocidos con algún caso que hayamos escuchado, tenido cerca o hasta vivido en carne propia. Sólo que existen hoy en día diferentes maneras de abordarlo para que puedan ampliarse las perspectivas y evitar dejar de lado el posible próximo Google, Amazon, Uber o cualquier otro negocio con buen potencial, sea en el mundo físico, donde todavía se hacen muchísimos negocios y se seguirán haciendo, o en el espacio digital. 


¿Qué tal si Carlos (tanto Sr., como Jr.) contara con un asesor externo que le ayudara a mirar desde otro ángulo lo que le quiere plantear su homónimo? Alguien que trajera criterios técnicos, le diera visión externa, cuestionara la opinión inicial de ambos para ampliar la perspectiva, y que pudieran comenzar a ver el asunto con una óptica un poco más objetiva, manejando los elementos emocionales, dinámicas de poder, carga histórica, predisposiciones y juicios previos? Para ayudarles en ese transe, podrían llamar a un gerente con experiencia, un consultor de empresas de familia, un empresario, un emprendedor o un coach. Pero, ¿por qué mejor no iniciar un proceso de coaching en emprendimiento con alguien que cuente con las competencias de esos especialistas, que les permita comenzar a ver la iniciativa empresarial de su grupo familiar como un proceso cíclico y sistemático que pueda ir avanzando desde los estadios más básicos hasta los más evolucionados, facilitando el proceso de cambio mediante conversaciones significativas y cerrando las brechas de diferencias de percepción mediante la ampliación de la propia perspectiva? 


Esa posibilidad existe y es factible tener acceso a ella y comenzar un camino de alineación de objetivos, sinceración de capacidades y limitaciones, y generación de soluciones concretas aplicables. De esta forma, Carlos, ambos en este caso, podrán cumplir su misión de transformar el negocio familiar actual en uno que perdure más allá de su propia existencia y brindarle calidad de vida a su familia por generaciones. Después de todo, una excelente manera de honrar la memoria de sus antepasados, es justamente manteniendo vivo el legado familiar, no sólo el de capital financiero, sino el de valores y el de un espíritu emprendedor que logre crear riqueza para las siguientes generaciones.  


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